Como es tradicional, vecinos de la provincia y turistas pudieron disfrutar de una abundante porción de paella servida por el personal de la empresa gastronómica responsable de su elaboración y también por funcionarios del Municipio de Ushuaia.
En el marco de los festejos por el 140° aniversario de la ciudad, la Municipalidad de Ushuaia ofreció a los miles de residentes y turistas que se acercaron a la avenida Maipú para ver el paso de las distintas instituciones civiles y militares, un plato de sabrosa comida caliente.
La degustación de la paella “más austral del mundo” se inició durante la gestión del intendente mandato cumplido Mario Daniele (periodo 1991 – 1995) por inquietud del antiguo poblador y comerciante gastronómico de la época, Carlos Cruceño y fue retomada para perpetuarse como una tradición local al ser electo el actual intendente Walter Vuoto, en el año 2015.
Al conmemorarse el cumpleaños número 140, el pasado 12 de octubre y en la plaza Islas Malvinas, la empresa Gastronomía del Sur – GDS – sirvió 15 mil porciones en recipientes descartables y reciclables, las que fueron muy bien recibidas por un público que se mostró sumamente satisfecho por el sabor de la gigantesca preparación.
Desde hora muy temprana el equipo gastronómico se abocó a la combinación y cocción de los ingredientes, en 15 paelleras de hierro de 1,5 m de diámetro por 20 cm de alto, de 2,5 toneladas de cholgas, mejillones, camarones y langostinos; dos toneladas de morrón, zanahorias, puerros y cebolla; una tonelada de pechugas de pollo y una tonelada de arroz, además de variadas especias para aportar sabor y perfume. Además, se sumó una paellera diferenciada para personas vegetarianas.
Los cocineros fueron cincuenta y 200 los colaboradores encargados de servir y otras tareas de logística, sumándose también numerosos integrantes del gabinete municipal, como por ejemplo el secretario de Hábitat y Ordenamiento Territorial, David Ferreyra y Yanira Martínez Ortiz, subsecretaria de vivienda. Con cofias y guantes los funcionarios aprovecharon la oportunidad, mientras servían los platos, para escuchar las inquietudes vecinales.
Finalmente y a la hora prevista, las 14, con el punto del arroz óptimo, los vecinos pudieron comenzar a disfrutar de la comida en una jornada en la que hasta el clima acompañó, con la baja temperatura y la lluvia afortunadamente ausentes.
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