RIO GRANDE.- El fuerte viento reinante el domingo al mediodía hizo que la comisión organizadora estudiara los pasos a seguir y por la gran cantidad de parejas integradas por padres e hijos menores de edad, sumados a la gran cantidad de personas mayores debutantes absoluta en esta prueba, entendieron que lo mejor era erradicar el trazado de casi 14 kilómetros, ya que las ráfagas de viento superaban los 60 kilómetros en la hora.
Por tal motivo, y debido a la gran cantidad de parejas que se hicieron presentes y que el asado ya estaba en camino, se decidió realizar una vuelta simbólica por inmediaciones de la Asociación Rural de Tierra del Fuego, en cuyos galpones se había montado el asado de camaradería que es una de las excusas también para ser parte de la partida.
Cerca de las 12:20 todos los presentes completaron el recorrido que no tuvo más de 1.500 metros, largando desde el tradicional arco, saliendo por el camino de la Oveja Negra hasta tomar una bicisenda que circunvala el predio, para luego ingresar nuevamente a los corrales de la Rural, y pegado a un alambrado interno llegaron a una tranquera que los depositó nuevamente en el arco de partido.
De las 138 parejas anotadas, récord absoluto, tan solo 12 parejas no se presentaron, las restantes 126 retiraron sus números y minutos después de las 13:30 compartieron el rico asado del amigo Ricardo “Rata” Pérez, quien asó para 300 personas, aproximadamente, quienes compartieron un grato momento entre amigos hasta más allá de las 16:00, momento en el cual comenzó el desarmado del predio por parte de los organizadores.
Durante la espera a que el asado estuviese a punto, la buena onda que se vivió dentro del galpón de la Rural fue absoluta, nadie se mostró disconforme con la medida que había tomado José Toranza y compañía, estaba más que claro que no se podía correr, que era tomar un riesgo mayúsculo y que la seguridad estuvo por encima de cualquier opinión encontrada, la cual, por suerte, no la hubo.
Ya habrá tiempo de volver a ser parte de esta tradicional prueba que no tiene como fin sacar un o varios ganadores, todo lo contrario, contagiar de la disciplina a más corredores que quieran volcarse de lleno al ciclismo, la Doble Cabo Peñas siempre fue la excusa perfecta para que luego varios debutantes se vuelquen por completo a las carreras más competitivas.
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