BUENOS AIRES (NA por Gonzalo Delmonte).- El Senado volverá el jueves de la próxima semana al recinto para debatir el proyecto que incrementa el presupuesto universitario, que ya cuenta con la media sanción de Diputados, y la iniciativa que busca implantar la Boleta Única de Papel (BUP), además de discutir el decreto que le otorgó millonarios fondos a la SIDE.
Así quedó pactado luego de la reunión de Labor Parlamentaria que se realizó en la tarde de ayer en el despacho de la vicepresidenta Victoria Villarruel, titular de la Cámara alta.
Hasta ese encuentro, reinaba la incertidumbre sobre la sesión porque los tres proyectos socavaban intereses contrapuestos entre los diversos bloques senatoriales.
Por un lado, el kirchnerismo pujó en soledad para que se sesionara esta semana por el financiamiento universitario y el decreto de la SIDE, dos iniciativas en las que el Gobierno tiene asegurada la derrota.
Si bien en ambos temas contaban con apoyo de dialoguistas, éstos grupos, desperdigados entre el PRO, la UCR y bloques federales, no reunían los consensos internos para desembarcar en el hemiciclo por la BUP.
La BUP es empujada por el Gobierno y sería la única victoria que podría anotarse el Ejecutivo, aunque con un sabor agridulce por dos motivos: el primero, que no fue un proyecto del oficialismo.
Y el segundo porque desde Balcarce 50 aspiraban a una reforma electoral integral que involucrara, por ejemplo, la eliminación de las PASO, ambición que fue cortada de cuajo por los dialoguistas.
En calidad de aliados, y para no cargar a la Casa Rosada con una triple derrota, esos bloques decidieron, con excepción de los kirchneristas, posponer el tratamiento en el recinto una semana más para recolectar los votos y así darle luz verde a la BUP.
Fuentes consultadas por la agencia Noticias Argentinas con terminales en el despacho de Villarruel también se hicieron eco la jugada.
“Queremos proteger al Gobierno de una derrota y mantener los lazos sanos con los bloques dialoguistas”, sostuvieron ante esta agencia.
En tanto, recalcaron la gran fragmentación del mosaico político actual que también se replica en el Senado, al dejar en claro que la negociación, de ahora en más, ya no depende del despacho de Villarruel.
En las últimas semanas, enviados de la Jefatura de Gabinete, de Guillermo Francos, recorrieron los pasillos del Palacio Legislativo en busca de los consensos necesarios para afinar las modificaciones al proyecto de reforma electoral que contó con un dictamen mayoritario firmado por la UCR, el PRO, La Libertad Avanza (LLA) y algunos federales.
Es decir, los aspectos técnicos ya fueron resueltos y falta que el Gobierno abroche los votos restantes.
Los cambios propinados por la Casa Rosada incluyen no solo las preferencias que pretende el Ejecutivo, sino también otro punto clave: la eliminación del casillero que permite elegir la opción de votar la boleta completa.
Se trata de un detalle no menor, ya que fue lo que trabó por más de siete meses el desembarco en el recinto de la BUP y perjudicaba de lleno a los bloques provinciales.
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