A diferencia del estrato nacional con una política mucho más reactiva, donde cada día pasan por el temario un sinfín de temáticas y decisiones, el Ejecutivo Provincial atraviesa un proceso de relativa calma, sostenido principalmente por una gestión de cimientos sólidos. Ahora, con el llamado a las elecciones por la reforma constitucional y el pronunciamiento sobre el RIGI, se viene una semana atípica para el gobernador Melella: deberá entrar al raid mediático con definiciones puramente políticas.
Luego de un lustro a cargo de los destinos de la provincia, podríamos caracterizar a Gustavo Melella como un político de bajo perfil. No es que “no haga política” como algunos diagnostican erróneamente, sino que, quizás por su formación de corte más eclesiástico, “Él despierta el deseo de hacer” no el de hablar, si citamos a Filipenses. Del otro lado de la campana, los que no lo quieren tanto al gobernador, dirán que es “escurridizo” o “resbaloso” porque no tiene una impronta confrontativa como la mayoría de sus adversarios. Métodos y apreciaciones personales aparte, su gestión generó resultados en términos de paz social, que su predecesora no logró, y supo aprovechar los momentos de “bonanza” donde Nación distribuía recursos generando obras.
Ahora, ya mucho más afianzado en el hacer, llega el momento de dictar definiciones de corte netamente político, algo que lo pondría en la plana mayor de diarios y portales. Por un lado, asoma el frente electoral: recordemos que el 29 de diciembre del año pasado se dio la fecha de la promulgación de las elecciones. A partir de ese momento, el gobernador cuenta con 210 días para llamar a los comicios de cara a la reforma constitucional que busca impulsar para modernizar la carta magna provincial. Aunque siempre se pueden extender los plazos esgrimiendo distintas interpretaciones, si son días hábiles o no, hay que definir una fecha y activar un esquema electoral para salir a juntar las voluntades necesarias para asegurar los escaños. Allí, aparecen interrogantes como el rol de los intendentes y sus respectivos espacios, qué impacto podría tener el liberalismo con un Milei que todavía “mide bien” y, porque no, cuál será la composición de la lista de FORJA, un partido heterodoxo donde radicales, peronistas y mopofistas parecen convivir en armonía.
Abandonando este proceso electoral hay otro tema: la alineación en el armado nacional. Si bien la provincia es una isla, en lo literal y en lo figurativo si hablamos de política, hay momentos donde se deben tomar posturas que acercan hacia un lado u hacia otro. Recordemos que Melella fue uno de los pocos que decidió no firmar el Pacto de Mayo, quedando bajo el paraguas del gobernador bonaerense Axel Kicillof. Con la Ley Bases, emergió el Régimen de Incentivo para Grandes Inversiones (RIGI) o Ley N° 27.742. No obstante de ser una ley nacional con impacto sobre aranceles e impuestos nacionales, las provincias adhieren o no a la misma, en una cuestión puramente política. Tomar un camino similar a Provincia de Buenos Aires lo pondría en las antípodas a un Gobierno Nacional que parece haber entendido que para hacer política hay que negociar, habilitando el diálogo en temas como las obras suspendidas o acordando artículos de sus mega proyectos de leyes. Aceptarlo, dependiendo de las formas, podría permitir a una cierta “corrida por izquierda” de algunos sectores del peronismo, hoy parte de su base de votantes, aludiendo que ese tipo de posturas más intermedias no responden al sentimiento de la base de votantes.
Melella, que saca a relucir un balance circense, ya declaró que “diálogo siempre va a haber” en referencia al vínculo con el Gobierno Nacional y su posición sobre el Impuesto a las Ganancias que los fueguinos y fueguinas no pagarán, así como la defensa al subrégimen industrial, algo que extrañamente Milei siempre respaldó por ser una ley.
En el tema obras también destacó este contacto, donde llevó adelante gestiones para reactivar las obras nacionales paralizadas una vez finalizada la veda invernal. Allí, el mandatario provincial dijo “nosotros no tenemos que ser focas aplaudidoras del gobierno nacional, tampoco oponernos por oponernos, pero si trabajar juntos en aquellos cosas que son importantes para ambos”.
El Gobierno de Tierra del Fuego tendrá ahora unos días de subir el perfil, estableciendo fechas y un lineamiento político para la Legislatura, algo a lo que no nos tiene particularmente acostumbrados. No obstante, la lógica será siempre la misma: lo importante es construir en conjunto, porque la confrontación no lleva a buen puerto.
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