El nivel general de inflación registró en junio la primera aceleración desde que Javier Milei es presidente. El dato del Indec a nivel país fue de 4,6% para el mes y acumuló 79,8% en el primer semestre.
En la Patagonia el dato fue levemente superior, alcanzando el 5% y un acumulado del 81,7% y en el país del 81,85%.
Sin embargo, no deja de ser un número relativamente bueno para el gobierno libertario, ya que la inflación núcleo -que no contempla precios estacionales ni regulados, es decir, son precios libres- no se aceleró. El mes pasado había estado en torno al 3,7% y se mantuvo con la misma variación en junio. Apenas conocido el IPC subyacente, en el Ministerio de Economía recalcaron que es la más baja desde enero de 2022.
En junio los rubros que más aumentaron en las provincias patagónicas fueron: 15% servicios públicos y combustibles; 7,7% hoteles y restaurantes; 7,5% la educación privada; 5,4% la medicina prepaga y medicamentos; y un 4,5% los alimentos y bebidas.
El número de inflación se conoció en simultáneo con el nuevo recalentamiento del mercado cambiario. El dólar blue tocaba otro récord nominal en $1500 y la brecha cambiaria superaba el 50% alentados por las dudas que sigue dejando la sustentabilidad del esquema cambiario oficial (crawling peg al 2%, dólar blend para el campo y la insistencia en que no habrá devaluaciones bruscas).
Milei advirtió en la Bolsa de Comercio que en junio habrá superávit financiero nuevamente. En el mercado, las tasas de interés reales negativas y la dificultad para acumular reservas preocupan hace rato.
Sin embargo, en la entidad que conduce Bausili se muestran tranquilos. Estiman que la baja de la inflación sumada a la competencia entre los bancos por captar depósitos traerá en las próximas semanas subas de tasas de interés que podrían comenzar a ser endógenamente positivas. Desde que el BCRA bajó bruscamente las tasas de interés al 40%, el mercado cambiario se sobresaltó. En momentos en que además vencían los primeros plazos fijos UVA, muchos comenzaron a preguntarse si valía la pena mantener pesificada su cartera por seis meses (un nuevo plazo fijo UVA) y si sostener el carry trade (ganancia en pesos por una tasa implícita positiva en dólares) con un esquema cambiario desgastado.
Con información de La Nación
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