BUENOS AIRES (NA).- Así como la falta de financiación para el gasoducto Néstor Kirchner puso en alerta la provisión de gas para el país y hubo que salir de urgencia a importar gas a precios más caros, ahora el Gobierno paraliza una obra clave con un avance mayor al 70%.
Esta falta de financiamiento nacional generó una serie de consecuencias graves. Además del riesgo de interrupción en la producción de energía nuclear, la paralización llevó a la pérdida de empleos especializados y al abandono de infraestructura e instalaciones al 70% de su avance, lo cual representa una pérdida de inversión para el Estado nacional por 150 millones de dólares.
Dioxitek es fundamental para la producción de energía nuclear argentina, ya que abastece el 7% de la energía eléctrica nacional.
La complementación de esta planta con la actual en Córdoba es crucial para mejorar la eficiencia y asegurar el suministro continuo de combustible nuclear necesario para las centrales de Atucha I, Atucha II, y Embalse.
La paralización del proyecto NPU no solo compromete el suministro energético del país, sino que también impacta negativamente en la economía regional y en las numerosas contratistas involucradas en el proyecto, las cuales hoy exigen el pago de los compromisos asumidos, generando un perjuicio económico significativo y potenciales conflictos legales.
La situación actual también puso a Dioxitek en una posición precaria legal y financiera, con deudas pendientes que amenazan su estabilidad operativa y su capacidad para cumplir con los compromisos adquiridos con terceros.
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