El despertar que tuvo ayer José Soto González fue muy de Halloween. A las tres de la mañana un ruido ensordecedor lo levantó abruptamente. Abrió los ojos y vio la parte delantera de un auto a los pies de la cama.
Era un SsangYong Rexton, tipo jeep. La persona que lo manejaba circulaba por Avenida Martínez de Aldunate, de sur a norte, y, por causas que deben ser investigadas, perdió el control y se subió a la vereda impactando con el costado de una vivienda de dos pisos, ubicada en la esquina de Abate Molina, en el barrio 18 de Septiembre.
Afortunadamente nadie caminaba a esa hora por la principal arteria, sino hubiese sido atropellado.
Al subirse a la vereda el vehículo terminó semi volcado y la parte delantera pasó a romper la pared de la vivienda que da hacia Martínez de Aldunate, alcanzando a ingresar al dormitorio donde a esa hora dormía plácidamente José Soto, de 55 años de edad.
La Unidad de Rescate de la Primera Compañía de Bomberos y el Samu acudieron al lugar.
“Cuando llegamos nos encontramos con un vehículo volcado sobre uno de sus costados y la persona ya no estaba (el conductor), pero nos preocupamos del control de seguridad, por una eventual pérdida de combustible. Este vehículo se incrustó en la casa habitación por lo cual debió ser atendido el ocupante que a esa hora estaba durmiendo”, señaló el oficial bomberil de la Primera Compañía, Adrián Valdés.
“Gracias a la Virgen”
Con el relato que José Soto entregó, es posible dimensionar el susto que se llevó.
“Estaba acostado cuando sentí un golpe y un tremendo ruido. Los vidrios de la ventana y de la tele cayeron sobre mi cama, que es de dos plazas y, como tiene ruedas, el golpe la hizo girar y quedé mirando para el otro lado.
“Estaba medio desorientado -prosiguió su relato-, pero igual me levanté y vi por la ventana el auto que estaba de costado. A la hora que entra un poco más no estoy hablando con usted”, señaló.
Alcanzó a ver al conductor antes de que escapara. Era de test morena y, según él, sería de nacionalidad colombiana, al igual que las otras personas que lo acompañaban.
“Fue muy grande el susto y no lo cuento de nuevo. Justo pasó el día de los muertos. Pero mi Virgencita que tengo en la pared me ayudó y estoy muy agradecido de ella”.
Doble drama
Un doble drama vive ahora ya que hace unos meses falleció su pareja y no le dejó nada. Los herederos le pidieron la casa y tiene que dejarla este lunes a más tardar. Pero lo que más triste lo pone es que no tiene donde dejar las mascotas que tiene, entre perros y gatos.
Recuerda que hace tiempo se produjo un accidente de tránsito en este mismo lugar, “pero esa vez no fue tanto como ahora”.
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