Aníbal Lazzaroni, profesor en Investigación Criminal, estuvo en los estudios de AIRE LIBRE FM y habló sobre el acoso a menores a través de internet. Mencionó que después de las 22 horas aumenta un 30 por ciento el ingreso de abusadores a las redes, en búsqueda de chicos vulnerables. Señaló que muchos de estos menores pueden llegar a usar el celular, unas 9 horas por día.
El grooming o ciberacoso, es una serie de conductas y acciones emprendidas por adultos, en muchos casos a través de Internet,3 con el objetivo deliberado de ganarse la amistad de menores de edad, creando una conexión emocional con los mismos, con el fin de ganarse su confianza y poder abusar sexualmente de ellos.
El profesor Lazzaroni planteó que ahora, que se avecinan las vacaciones escolares, “los chicos tendrán seis horas más libres y los padres no tienen las vacaciones, o sea que hay seis horas donde no hay control, ¿no? Esto hace que nosotros tengamos que hacer un poco más de campaña para concientizar a los papás en que las tecnologías, si bien son buenas, producen daños clínicos, psicológicos y cognitivos. Entonces, limitar esta cantidad de horas, hacer que los padres utilicen los controles parentales para que los chicos, evidentemente, no está mi papá, uso cualquier computadora, uso cualquier ordenador, una tablet, me meto y navego y navego, ¿no? O sea, tiene que estar restringido, tiene que haber un control sobre eso, pero el tema importante son los padres, no los chicos, porque los chicos hay que educarlos, educarlos en la buena tecnología, educarlos en las cuestiones de la casa, en todo lo que tiene que ver con lo cotidiano. El tema es los papás, ¿qué es lo que saben? ¿qué riesgo creen realmente los padres que hay? Porque pensamos que no sucede nada, pero realmente no somos conscientes de la cantidad de chicos que semana tras semana sufren acoso sexual en esta ciudad, no estamos hablando del norte, sino en esta ciudad, que esto sucede, esto nos pasa con muchos chicos durante el mes, durante el año, entonces lo mejor que podemos hacer es generar una conciencia con los padres. Vienen las vacaciones, los chicos toman eso como un tiempo de esparcimiento, un derecho adquirido a hacer lo que yo quiero, no tenemos el contralor de los padres por un tiempo obvio, o sea, que hay que trabajar, ¿no? Se propicia también que un niño puede dormir hasta el mediodía, ¿no? Entonces me quedo jugando a la noche, o me quedo conectado a la noche, y los adultos no sabemos qué es lo que pasa”.
¿Qué sucede, por ejemplo, a la noche o a la madrugada. Aparecen más páginas y más acoso a los menores?
“El acoso suelen suceder por lo general después de las 10 de la noche. Ahí tenemos un alto índice de personas que se conectan con menores, obviamente porque se entiende que hay menos control. Estos sujetos analizan el perfil que cada niño tiene, y vos cuando ves una cuenta, cuando abrís la cuenta, ves la edad que tiene la persona. Cuando la edad que tiene la persona supera los 20 años de edad y la foto es aniñada o un dibujo, por lo general te da el perfil de un niño, porque los niños para poder tener una red social tienen que falsear la edad, sino es imposible. O sea, si vos colocas tu edad real, automáticamente el algoritmo de la red social no te permite abrirlo. El groomista, el abusador, toma uno por uno, va abriendo, va abriendo, va abriendo, va abriendo, en Instagram, y va viendo esos perfiles y las edades. A esos perfiles y las edades les envía mensaje de acuerdo a lo que la persona va estimando que tiene ese chico, y ahí se establece el primer contacto. Recordamos que el primer contacto está tipificado, como ya, como comisión de delito. O sea, el artículo 131 del Código Penal marca que el delito se tipifica en el contacto del adulto con el menor por cualquier medio electrónico”.
“Mirá, como para que te des una idea, ¿viste cuando hablamos del estupro? Sí. O sea, el estupro, para que la audiencia entienda o se ponga al día, es cuando un adulto tiene una relación con un menor, y el menor consiente la relación, o sea, está de acuerdo con una relación con este adulto. Supongamos, un chico de 16 años con una chica de 22, ¿sí? Podemos decir, los dos están de acuerdo, los dos están de novio, tenemos la mente abierta, pero legalmente, jurídicamente, esto es un estupro, ¿no? Bueno, acá sucede lo mismo. El chico, o sea, el niño envía el mensaje, pero el adulto sabe que no tiene que responder el mensaje a un menor”.
Sostuvo Lazzaroni que “después de las 22 horas está demostrado que aumenta en un 30% la cantidad de acosadores sexuales que se tiene en línea. Imaginate que, después de la pandemia, las navegaciones nocturnas aumentaron prácticamente un 90%, ¿sí? Entonces, te aumenta el caudal de gente que ingresa en la nocturnidad, aumenta el potencial del delito que tenemos. Entonces, estas personas empiezan, sobre todo empiezan en los juegos y en las redes sociales. Redes sociales, directamente, dos primeras que son TikTok e Instagram. Nosotros, siempre ante la denuncia de la posibilidad de vulneración de los derechos de un menor, lo primero que se debe hacer, responsablemente, es denunciar. Después el fiscal verá si amerita o no amerita la investigación. Pero lo que nos corresponde como ciudadanos preventores es, ante una situación de este tipo, tengo que denunciar. Porque no estamos hablando de una persona que me dijo algo. O sea, no es un insulto, no estamos… Estamos hablando de un delito penal que está tipificado. No estamos hablando de una diferencia, o sea, estamos hablando de algo que está tipificado en el Código Penal”.
¿Han prosperado esas denuncias o no?
“Nosotros los argentinos, y ahora vamos a hablar en general, desconfiamos o ponemos siempre en tela de juicio a la justicia, el motivo que sea, por las razones que fueran en distintas vaivenes que tiene nuestra instancia nacional, ponemos en tela de juicio a la justicia. Lo que hay que destacar es que la justicia fueguina en este punto en particular, en el que yo puedo dar conocimiento de cómo funciona ese ejemplar. Los casos que se han llevado a la justicia han salido con sentencia favorable a las víctimas, presentando obviamente todas las evidencias y cumpliendo con todos los pasos procesales. O sea, primero es con sentencias ejemplares. La otra vez, debe hacer hace cosas de dos semanas atrás, creo que salió una sentencia de una persona en Ushuaia con 18 años de prisión, y ahí es donde hay varios delitos. El grooming es un delito principal, que es donde empieza el contacto, y después empiezan delitos en concurso real que van sumando la pena. Primero por eso, y segundo, lo que hay que destacarle a la audiencia, que lo más importante es que nunca, en estos 11 años que llevamos de trabajo, jamás se fugó la identidad de un niño en una situación vulnerable. ¿Y esto qué quiere decir entonces? Es que nosotros, como quizás en este caso como comunicadores, como preventores, lo que tenemos que hacer es alentar a que la gente haga la denuncia, porque si no, caemos en esto de no denuncio, me robaron, no denuncio, y empieza a existir la cifra negra por un lado y la cifra blanca. En la cifra blanca te van a decir, no, mire, nosotros tenemos nada más que 10 casos, y la cifra negra es mucho más alta. Entonces, si nos sinceramos y todas estas cuestiones las vamos denunciando ante el organismo que corresponde, que puede ser la policía o la fiscalía en turno, se puede empezar a trabajar y a sincerar el número que estamos teniendo”.
¿Existe un protocolo en una escuela cuando el maestro toma conocimiento de un caso de grooming, abuso sexual, o violencia?. ¿Tiene que llamar a los padres?
“Es el docente el que tiene que denunciar. O sea, en realidad el protocolo dice que… ¿Pero el maestro de grado o el directivo o el director? No, lo puede hacer el maestro o lo puede hacer el director. Lo que sí tiene que hacer el maestro tiene la responsabilidad de informar a su superior inmediato, toma la decisión de si denuncia al docente, o sea, primariamente tiene que denunciar el docente, que es el que escuchó el relato. Ahí interviene gabinete u orientación, depende del nivel donde esté, si está en primaria o en secundaria. El docente es el que hace la denuncia y después empiezan a intervenir los actores judiciales y de prevención, como puede ser protección infantil, la familia, salud mental”.
¿Qué cantidad de horas en conexión semanal hay en promedio, de un menor con un teléfono celular?
“El último trabajo de campo que hicimos permitiendo, donde los padres nos permitieron abrir unos 360 celulares más o menos, el promedio de hora en esos chicos que van de 10 a 13, 13 años de edad, era de 69 horas semanales. La jornada laboral tiene 48, es decir que usa la pantalla unas 9 horas por día. Ese chico no descansa, no come bien, no comparte con la familia, por eso tenemos los problemas de conducta que tenemos. Cuando hablamos de un chico con problemas de conducta, no es que sea un chico malo, sino estamos hablando de trastornos de conducta producidos por el exceso de pantalla. Disfunción del sueño, disfunción en la alimentación, cambio de hábitos, hiperactividad, histrionismo, son todos síntomas que van apareciendo con el exceso de pantalla. Los justificamos porque no queremos tener un problema con nuestro hijo. Mira, te voy a dar un ejemplo común. Cuando tenemos un hijo adicto, o una persona adicta en nuestro entorno, lo justificamos de todas las maneras para no ir al choque, al enfrentamiento. Lo justificamos. Como padre, no vemos lo que sucede, no queremos aceptar lo que sucede. Lo mismo pasa con la virtualidad. Exactamente lo mismo. No aceptamos, no quiero pelear con mi hijo. Bueno, que se quede 20 minutos más. No voy a romper la intimidad de mi hijo, no le voy a revisar el equipo”.
Es decir, justificar el no hacerme cargo de nada.
“Bueno, pero esas cosas existen. Como así te puedo decir que hemos detectado criaturas muy pequeñas con filmaciones sexuales y las familias no querían hacer la denuncia. Esto pasa, más de lo que te imaginas. Yo he hablado con las familias y he planteado. Señores, miren, discúlpenme. Ah, cuando abrieron los celulares, esos 300. Si usted no denuncia, ¿es que denuncia acaso yo? Estoy a tiempo hasta mañana a las 8 de la mañana. Si usted como padre no denuncia esta situación, yo voy a ir en pos de los derechos de ese niño a hacer la denuncia. Se hicieron las denuncias, siempre. Si no es cómplice. No, pero aparte, escúchame, bregamos por esto. Hace 11 años uno tiene también una formación dentro de una fuerza para esto. Entonces, imagínate que vos decís no, acá está la comisión del delito, hay que denunciarlo”.
¿Cómo se defiende un chico, no tiene herramientas?
“No se puede defender. Uno cree que porque el chico tenga el celular entre sus manos está seguro… es una pseudo-tranquilidad esto de decir, no, lo tengo dentro del comedor. O estás con sus amigos jugando con el celular, no pasa nada. Y es los momentos donde más pasa, ¿viste? Donde se entra en páginas de adultos, donde se empiezan a meter en sitios donde hay chat que no son adecuados para la edad de ellos. La curiosidad, otro punto, normal de los niños y de los adolescentes. Somos adultos. Tiene que haber un límite, o sea, tenemos que saber que los padres y los hijos no somos asimétricos. O sea, el ejemplo que estoy haciendo para que la gente entienda, la que no nos ve, no somos iguales. Niños y padres no somos iguales, el padre está arriba y tiene que ejercer la autoridad como corresponde. Y autoridad no es autoritarismo, es un límite y el límite debe existir. Yo no puedo permitir determinadas cosas por la salud de nuestros hijos. Y mirá, y ahí te estoy diciendo otra cosa, la salud. Cuando hablamos de salud, estamos hablando de salud pública, porque la cantidad de chicos que tenemos en esta situación, que no pueden ser atendidos porque tenemos el sistema de salud mental colapsado, porque no tenemos la posibilidad de llevarlos a hacer una terapia, porque no conseguimos la atención primaria para analizar la situación de crisis. O sea, eso depende del sistema de salud. Si yo sobresaturo ese sistema con mi negligencia, imagínate lo que nos queda, lo que nos va a venir por delante”.
() Aire Libre FM 96.3:
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