BUENOS AIRES (NA).- En El amor en tiempos de odio. Repensar el encuentro y los vínculos, el psiquiatra y escritor José Eduardo Abadi, la psicóloga y docente Patricia Faur y la psicóloga Bárbara Abadi desglosan una realidad ineludible: la crisis de los vínculos en la sociedad contemporánea. El libro, un análisis profundo que conjuga psicología, sociología y reflexión cultural, aborda cómo la deshumanización, el aislamiento y el narcisismo afectan la capacidad de amar y de establecer relaciones genuinas.
Se trata de un libro escrito ante la urgencia del desamor, con reflexiones y diálogos de los especialistas que ponen el foco en el amor y en sus múltiples formas, y cómo enfrenta una creciente complejidad.
Los autores advierten en el libro que los vínculos se vuelven frágiles, mientras la intolerancia y las dificultades para gestionar las relaciones se multiplican. Vivir en una sociedad marcada por la insatisfacción, el narcisismo y la crueldad agrava esta situación. La falta de empatía se refleja en todos los ámbitos, desde la pareja y la familia hasta la política. Las redes sociales han instaurado una era de amor digital que ha vaciado de contenido la comunicación. El amor en tiempos de odio aborda estas cuestiones de manera accesible y profunda e invita a reflexionar sobre cómo promover un nuevo encuentro en un mundo cada vez más desconectado.
Uno de los temas centrales es la redefinición del amor como un ejercicio activo. “El amor no es solamente un concepto abstracto, es más un ejercicio, es un verbo, es amar”, explicó José Abadi en conversación con Noticias Argentinas. El autor destaca que, aunque se asocie con el placer, el amor implica mucho más: “Amar es cuidado, protección, disponibilidad. Es aquello que nos da un sentimiento de acompañamiento, de trama conjunta que nos hace sentir seguros y nos permite tener más iniciativa y creatividad”.
Esta perspectiva trasciende la idea superficial del amor romántico y se sumerge en su valor social y político. “El amor tiene que ver también con la amistad cívica, que permite una sociedad basada en la confianza y la serenidad”, agregó Abadi, y subrayó la importancia de construir un entorno donde prevalezca el entendimiento mutuo. Pero antes, vienen los puntos alarmantes.
La soledad y el aislamiento, los enemigos del vínculo
El libro explora cómo el aislamiento se ha convertido en uno de los mayores flagelos de la modernidad, exacerbado por la pandemia y la hiperconectividad. “El aislamiento genera una soledad perniciosa, que atemoriza”, señaló Abadi. Este estado, argumentó, puede derivar en la indiferencia, que es “una de las formas de crueldad de esta posmodernidad”. La falta de amor y la carencia de vínculos sólidos, explica el autor, llenan ese vacío con otros elementos nocivos, como la violencia. “Cuando hay ausencia de amor o desamor, ese vacío se llena de otros ingredientes que pueden ser muy perniciosos”, afirmó.
En El amor en tiempos de odio, los autores ven al aislamiento como una de las manifestaciones más preocupantes de la sociedad contemporánea, especialmente tras la pandemia. Dicen en el libro: “el aislamiento forzado de la pandemia se tradujo, para muchas personas, en un repliegue sobre sí mismas, un aislamiento elegido”. Este proceso contribuyó al aumento de trastornos como la depresión y las adicciones, poniendo de relieve una era marcada por la desigualdad y la falta de resiliencia verdadera.
Los autores sostienen que este aislamiento no solo es físico, sino también emocional y social, y provoca un distanciamiento de los demás que deshumaniza y amplifica la intolerancia y el miedo. “Vivimos en una era de intolerancia, de rechazo y de miedo frente al “otro-diferente”. La obra destaca que las comunidades se están cerrando en sí mismas, levantando “muros y trazando fronteras infranqueables”, lo que genera un entorno de soledad y desconfianza.
Abadi señaló en la entrevista con NA la falta de amor con la violencia, y sugirió que “la violencia muchas veces es una forma reactiva a la falta de amor”. ¿El desafío? Volver a valorar la conexión genuina y la empatía para contrarrestar los efectos del aislamiento elegido.
Narcisismo: el gran protagonista de las relaciones
En El amor en tiempos de odio, los autores dedican una parte significativa al análisis del narcisismo, considerándolo una de las características más marcadas y peligrosas de la sociedad contemporánea.
La obra propone un cambio de enfoque que recupere el valor de las relaciones humanas y combata la indiferencia, el aislamiento y la violencia.En las más de 200 páginas del libro, los autores escriben cómo el narcisismo patológico pasó de ser un concepto psicológico a un rasgo omnipresente que afecta la estructura misma de las relaciones humanas. Esta forma de narcisismo, dicen, se manifiesta en la obsesión por la imagen, la productividad y el éxito individual, despojando al sujeto de la capacidad de conectar genuinamente con los demás.
Según el libro, “el narcisismo patológico no es lo mismo que autoestima, sino que es lo opuesto al amor. La autoestima permite estar a gusto con nosotros mismos, tener audacia para crear y sentirnos capaces”. Cuando la autoestima se distorsiona y se convierte en narcisismo, conduce a una desconexión peligrosa que empobrece las relaciones y acentúa la soledad.
Los psicólogos también definen el fenómeno del narcisismo como “uno de los males de este tiempo”. En el diálogo, Abadi subrayó que vivimos en una sociedad que privilegia la productividad y la imagen, lo que genera una “patología del cansancio”. “Estamos siempre apurados, creyendo que el tener va a sustituir el tiempo que no nos damos para ser”, expresó, y sumó que esta carrera constante por el éxito y la validación externa alimenta la insatisfacción crónica y el estrés.
Los autores coinciden en que el narcisismo afecta la capacidad de formar vínculos sólidos y actúa como barrera para el amor auténtico. Por su parte, Abadi subrayó que la falta de amor y la prevalencia del narcisismo llevan a una soledad que se alimenta a sí misma y se agrava, contribuyendo a problemas como la depresión y la violencia reactiva. “Cuando hay ausencia de amor o desamor, ese vacío se llena de otros ingredientes que pueden ser muy perniciosos”, afirmó.
Así, el narcisismo interfiere con la empatía y la solidaridad, dos atributos esenciales para una sociedad cohesionada. Los autores advierten que la incapacidad de reconocer y valorar al otro genera un entorno de desconfianza y fragmentación, donde los vínculos se vuelven superficiales y utilitarios. Esta falta de profundidad en las relaciones es lo que los autores denominan la “guerra de los vínculos”, donde la conexión se confunde con una transacción y la relación real queda fuera del alcance.
El impacto de la superficialidad digital y el cansancio crónico
Las redes sociales y las plataformas digitales ofrecen una ilusión de contacto constante, pero muchas veces carente de profundidad. La reflexión sobre los vínculos humanos de El amor en tiempos de odio incluye la diferencia entre estar “conectados” y “relacionados”. Abadi explicó que la conexión es superficial y monologal: “Conexión es decir y estar relativamente sordo a lo que me dicen, esperando solo el momento de hablar de lo mío. No hay conocerse recíprocamente”. La relación, en cambio, implica un tránsito recíproco, un diálogo que reconoce al otro y permite un verdadero encuentro. “Si no reconozco al otro, no soy yo”, enfatizó Abadi.
La obsesión por la imagen, la productividad y el éxito individual, despojando al sujeto de la capacidad de conectar genuinamente con los demás.El libro también profundiza en la patología de la productividad, un fenómeno propio de la sociedad actual que se rige por la velocidad y la eficiencia a toda costa. “Estamos siempre apurados, creyendo que el tener va a sustituir el tiempo que no nos damos para ser”, afirmó Abadi durante la conversación.
Este afán de rendir y poseer más se traduce en un cansancio crónico que erosiona la capacidad de disfrutar la vida y de establecer vínculos significativos. La constante búsqueda de logros y validación externa se convierte en una trampa que fomenta la insatisfacción, el estrés y la depresión. Abadi destaca que el narcisismo es parte de esta dinámica, funcionando como un mecanismo que, en lugar de nutrir al individuo, lo vacía de propósito y lo deja vulnerable a la insatisfacción.
Desafío para reconstruir la trama amorosa
Uno de los desafíos actuales, según los autores, es reparar la “trama” de los vínculos rotos. Abadi apunta que la solución radica en “crear interlocutores” y fomentar espacios de intercambio real, en los que la intimidad compartida y el diálogo honesto permitan una mayor comprensión. “Pedir ayuda dignifica al otro y a uno mismo. En ese primer inicio de diálogo ya hay un estar con que tiene mucho que ver con reparar esa soledad que se convierte en insatisfacción nociva”, explicó.
La obra resalta que el amor debe estar presente no solo en las relaciones íntimas, sino también en la estructura social. Esto se refleja en la importancia de lo que Abadi llamó “amistad cívica”, que se traduce en la convivencia basada en el respeto y la solidaridad.
“El amor no pretende una devolución ni ejercer dominio, sino que apuesta al desarrollo propio y del otro: te doy para que seas, para que crezcas”, enfatizó y agregó: “El amor tiene que ver también con la amistad cívica, que permite una sociedad basada en la confianza y la serenidad”, explicó Abadi. Este enfoque de generosidad y cuidado mutuo es esencial para reconstruir una sociedad más cohesionada y menos fragmentada.
Sin amor, la humanidad enfrenta una pérdida de significado y propósito. Esa es una de las ideas principales que recorre el libro. Y los vínculos amorosos son los que “permiten la felicidad posible”, definió Abadi.
En la búsqueda de soluciones para reparar los vínculos dañados, el libro también destaca la importancia de pedir ayuda y fomentar el diálogo. Abadi puntualizó: “Pedir ayuda dignifica al otro y lo dignifica a uno. En el pedir la ayuda uno encuentra ya en ese primer inicio de diálogo un estar con que tiene mucho que ver con reparar esa soledad que se convierte en insatisfacción nociva”. Esta perspectiva invita a comprender que el acto de buscar apoyo no es una señal de debilidad, sino de fortaleza. Es el primer paso hacia la reconstrucción de los lazos sociales y personales, y un antídoto contra la insatisfacción que, si se naturaliza, puede desembocar en depresión o indiferencia.
¿Qué proponen los autores? Un cambio de enfoque que recupere el valor de las relaciones humanas y combata la indiferencia, el aislamiento y la violencia. “Habrá que recuperar el tejido que está dañado para volver a encontrarnos”, concluyó Abadi.
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