Río Gallegos no sale de la conmoción: un hombre fue asesinado por su propio amigo que, tras confesar el hecho a su ex pareja, dijo que iba a matarse y lo atraparon comiendo un sándwich en la costanera de la capital de Santa Cruz.
El suceso se registró en la mañana del sábado en una casa ubicada en la calle Jofré de Loaiza al 700 de nuestra ciudad y tuvo como víctima fatal a Óscar Javier Lancucheo, un vecino que prestaba servicios como maestranza en el Hospital Regional y a Fernando Muñoz, un hombre que actualmente se encuentra detenido en la Comisaría Segunda.
Para comprender el caso, en las últimas horas, el personal de la Policía de Santa Cruz ha recabado testimonios que ayudarían a entender las circunstancias en las que Muñoz terminó con la vida de su allegado.
Se pudo reconstruir las horas previas al violento ataque. Algunos testimonios indicaron que en la noche del viernes Muñoz y Lancucheo se habían juntado a tomar bebidas alcohólicas en la casa de éste último. Ya en la mañana, habrían tenido una discusión por una deuda de dinero, hipotetizaron investigadores.
En la casa de adelante vive su hermano y, cerca de las diez de la mañana del sábado, el cuerpo de Lancucheo fue encontrado en su habitación. En paralelo, Muñoz había escapado y había confesado lo que había hecho a su ex pareja, luego escaparía tras decir que tenía intenciones de quitarse la vida.
Cerca de la una de la tarde, comenzó la autopsia en los restos del trabajador del Hospital Regional. Los resultados preliminares indicaron que falleció por heridas cortopunzantes en el cuello, aunque no se pudo determinar cuantas fueron.
Además, dentro de la casa, la Policía secuestró el arma homicida que fue secuestrada por Criminalística. Más allá de la primera confesión de Muñoz. Se espera que el lunes sea trasladado al Juzgado para que dé su versión de los hechos.
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