BUENOS AIRES (NA).- Una vez estabilizado el cuadro, inicia todo un nuevo capítulo que tiene que ver con la rehabilitación a partir de las potenciales secuelas que el ACV haya generado, que varían entre paciente y paciente.Por eso, en el marco del Día Mundial del ACV, que se conmemora cada 29 de octubre, la Sociedad Argentina de Medicina Física y Rehabilitación (SAMFyR) quiere destacar la necesidad del abordaje oportuno e integral de la rehabilitación tras un ACV y el continuo control y seguimiento de las secuelas.El primer desafío es prevenir el desarrollo del ACV a través de un estilo de vida saludable y controles médicos, pero -una vez acontecido éste y tratado- muchas veces tiene lugar la rehabilitación, que requiere una participación activa y comprometida del paciente y de su entorno.La rehabilitación del accidente cerebrovascular es un proceso secuencialmente progresivo, dinámico y orientado a objetivos basado en protocolos que permiten que una persona con secuelas potencialmente discapacitantes alcance un nivel óptimo en el aspecto funcional, físico, cognitivo, emocional, comunicativo y social.Las secuelas de un ACV pueden generar discapacidad temporal o permanente. Entre las complicaciones se destacan las motoras, como pérdida de movimiento muscular o parálisis, dificultades para hablar o tragar, pérdida de la memoria, dificultad para pensar y controlar emociones, dolor y/o entumecimiento en alguna parte del cuerpo afectada, y cambios en la conducta.Los cuadros pueden ser de leves a graves e ir empeorando si no se inicia a tiempo un tratamiento específico para frenar y revertir su progresión. Sin tratamiento, el 27% de los pacientes desarrolla espasticidad a los 3 meses del ACV y la cifra asciende al 58% al sexto mes.La espasticidad es un fenómeno complejo de expresión clínica extremadamente variable, un proceso dinámico y evolutivo que puede condicionar la funcionalidad y tratamiento del paciente. La recomendación actual de tratamiento temprano persigue evitar su progresión y complicaciones.“Aquellas personas que hayan atravesado un ACV deben recibir rehabilitación con valoración y seguimiento pautados por un médico fisiatra, quien -junto a un equipo multidisciplinario- evaluarán el grado de rehabilitación que han alcanzado y el acompañamiento en la medida de evitar las complicaciones y secuelas propias. Esto es determinante y se encuentra estandarizado. Los médicos especialistas en medicina física y rehabilitación buscan sumar acciones para evitar la evolución natural sin intervención en las secuelas de ACV por falta de conocimiento o desatención”, sostuvieron desde SAMFyR.La Sociedad Argentina de Medicina Física y Rehabilitación se instauró como asociación médica en 1949, está conformada por médicos especialistas en medicina física y rehabilitación, así como por profesionales de especialidades afines de todo el país.Desde su fundación, su principal objetivo fue contribuir al progreso de la Medicina Física y Rehabilitación mediante la capacitación y actualización continua de los profesionales del equipo de rehabilitación.
CRÉDITO IMAGEN DE PORTADA: El ACV ocurre cuando los vasos sanguíneos que irrigan al cerebro se ven comprometidos, ya sea por obstrucciones vasculares o ruptura de vasos (Getty).
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