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21/09 2024 La investigación arrancó Neuquén y se llegó hasta el proveedor que vive en Allen. La droga secuestrada está valuada en unos 24 millones de pesos. (lmneuquen)

Una investigación por la venta de drogas en el barrio Progreso de Neuquén derivó en el hallazgo de otros kioscos y hasta se logró dar con el proveedor de cocaína que es de Allen y opera en todo el Alto Valle y Neuquén.

Las pesquisas arrancaron a principios de junio pasado cuando la fiscalía Federal 1 a cargo de Vanesa Rebollosa mantuvo una reunión con la división de Narcocriminalidad de la Policía neuquina.

Allí la funcionaria solicitó investigar un domicilio del barrio Progreso porque había información que apuntaban a que comercializaba droga, un kiosquito.

Investigación compleja

A partir de ese momento los efectivos policiales iniciaron una serie de tareas de investigación que son complejas porque deben observar el movimiento de la casa en cuestión para determinar si en verdad están vendiendo drogas.

Lo complejo es que, en esas barriadas populares, los narcos tienen soldaditos que avisan sobre movimientos de rivales, clientes no esperados y personas ajenas al barrio. Esto lleva a que los policías deban realizar varios ardides para desarrollar la investigación.

No solo se logró determinar que era un kiosco narco, sino que además se lo pudo vincular con otros más que funcionaban en Toma Pacífica y hasta se llegó a la casa del proveedor que reside en Allen.

Lo que también advirtieron los pesquisas que los domicilios en cuestión ya habían sido investigados por el mismo delito en otras oportunidades.

Viernes, el día clave

Un dato interesante al que se logró arriba con las tareas de campo y paciencia que es algo fundamental en las investigaciones de narcocriminalidad, fue que la organización hacía el movimiento de la droga para abastecer a los kioscos los viernes, cuando arranca el fin de semana.

Con esta información clave, hubo reuniones de los pesquisas con la fiscal Federal y allí se optó por dar el golpe este viernes.

Las ordenes para los siete allanamientos, cinco en Neuquén y dos en Allen, las libró el juez federal Gustavo Villanueva.

La preparación del procedimiento fue hermética y solo manejaban la información los jefes responsables. Tras más de tres meses de investigación no podían darse el lujo de que por una filtración la causa volviera a foja cero.

Fue así como se convocó a más de 50 efectivos entre Antinarcóticos de Neuquén y Cutral Co y Logística. Para el traslado además de cinco camionetas se utilizaron dos colectivos.

Allanamientos y secuestros

Un convoy arrancó para el oeste neuquino y el otro para Allen. Todo debía estar coordinado al detalle para evitar que los narcos de Neuquén al verse rodeado alertaran a sus proveedores de Allen.

El objetivo de los allanamientos simultáneos y muy bien sincronizados les arrojó buenos resultados.

Se demoró e imputó a ocho personas de ambas provincias. Después de las viviendas allanadas en total se secuestró 507 gramos de cocaína, 346 gramos de marihuana, 17 pastillas de clonazepam, 1.231.800 de pesos, 1.000 dólares, 10 celulares, 1 maquina de contar billetes, una prensa, cuatro balanzas digitales y cinco cámaras de vigilancia.

De acuerdo con la valuación del mercado clandestino, las drogas superarían los 24 millones de pesos. Se estima que con la cocaína se podían comercializar 1.524 dosis y 350 de marihuana.

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