La Antártida Argentina forma parte del patrimonio cultural e identitario de cada ciudadano de nuestro país, desde la infancia misma, cuando en las aulas se trabaja con la silueta cónica de un territorio que se sabe lejano, gélido y propio. En concordancia, forman parte del calendario de conmemoraciones fechas como el 22 de febrero, Día de la Antártida o el 21 de junio, en que se alude al Día de la Confraternidad Antártica. Para ilustrar a nuestros lectores sobre la historia de aquel pedazo de suelo en el que un grupo de civiles y militares a diario ratifican soberanía con su presencia, Diario Prensa Libre invitó al especialista en temas antárticos, docente y militar retirado, Alejandro Bertotto, a compartir sus conocimientos.
Capitán de ultramar Santiago Farrell, comandante del carguero patagónico Santa Micaela que la empresa Pérez Companc puso generosamente a disposición del Ejército Argentino sin cobrar ni un solo peso.
El 12 de febrero de 1951, la Expedición del Ejército zarpó a bordo del Transporte Patagónico Santa Micaela, de la empresa Pérez Companc, al comando del capitán de ultramar Santiago Farell, para realizar una profunda y trascendente etapa antártica en la que se estableció en el continente la primera base polar científica y continental argentina, siendo por entonces la más austral del mundo.
Cabe recordar que tiempo antes, cuando casi no habían esperanzas de obtener un medio naval apto para llevar la dotación de la expedición al continente blanco, los hermanos Pérez Companc, dueños de una incipiente empresa naviera nacional, (seguramente sensibilizados por tanta vocación de servicio evidenciada por quienes los convencieron de brindar apoyo a la expedición, Jorge y Mabelle Mottet, esos “locos patriotas”), no sólo dieron el imprescindible transporte que la patria requería, sino que además invirtieron recursos, tiempo y dinero de la firma, en la preparación del carguero patagónico Santa Micaela para la travesía antártica y pusieron a su mejor capitán –Santiago Farrell- al mando de la embarcación. Todo esto sin pretender otra cosa que el éxito de la operación, ya que además, no cobraron los servicios prestados.
Integraron aquella expedición y primera dotación de la Base San Martín el coronel Hernán Pujato, capitán Jorge Julio Casimiro Mottet, teniente Luis Roberto Fontana (regresó a Buenos Aires, tramitó la creación del I.A.A e invernó en 1952, junto a la segunda dotación de BASM); sargento ayudante Juan Heraldo Riella, sargento Hernán Sergio González Supery; sargento Lucas Serrano, médico Ernesto Gómez, Ángel María Abregú Delgado y meteorologísta Antonio Moro.
Edición:
Diario Prensa Noticias de: Ushuaia – Tolhuin – Río grande y toda Tierra del Fuego.
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